La religión católica fue adoptada por la población andina en la época de la colonia española. De hecho, Ayacucho se convirtió en el epicentro de la religión católica con la instalación de numerosas congregaciones en sus tierras. Esta nueva religión fue acogida por la población de la zona pero adaptándola a sus raíces culturales, sus modelos de organización, sus normas éticas y sus formas de vida.
A partir de ahí comienza como representación del Vía Crucis de Jesús la Semana Santa ayacuchana hasta llegar a nuestros días donde se ha convertido en el momento de reencuentro de los fieles con su fe pero también de compartir vivencias con la familia.
Hoy en día está considerada como la más importante del Perú y se desarrolla durante diez días, siendo éstos los de mayor afluencia de visitantes a la zona. Aunque con ciertas variantes, el resto de ciudades de Huamanga celebran su Semana Santa con manifestaciones especiales como es el descendimiento de la cruz en Huanta.
La Semana Santa de Ayacucho cuenta con un amplio programa de procesiones en las que pasean a sus imágenes por las calles principales de la ciudad. El Viernes de Dolores, el Señor de la Agonía y la Virgen Dolorosa salen a la calle desde el templo de la Magdalena. A ellos le seguirán numerosas actividades a lo largo de la Semana de Pasión, terminando el Domingo de Resurrección con la procesión del Señor de la Resurrección.